“No os voy a ocultar que hoy me acompaña un sentimiento
desolador, que perdurará siempre, que recordaré eternamente; pero también me
acompañáis vosotros, que me arropáis y sois mi apoyo y mi consuelo”.
“Cuando somos pequeños, recibimos el amor de nuestros padres, y
cuando crecemos, no lo recordamos”.
“Cuando somos adolescentes, recibimos el amor de nuestros
padres, y parece no importarnos”.
“Cuando somos adultos, recibimos el amor de nuestros padres, y
parece estorbarnos”.
“Y nada es así”.
“El amor, el afecto, el cariño que recibimos, siempre se
mantiene y la distancia aparente no importa. Pues en la cercanía, la sola
presencia de un ser querido nos reconforta y aun en la distancia podemos
sentirnos unidos, más fuertes que nunca”.
“El Cosmos, la
Naturaleza, la Madre Tierra y Dios, lo permite así”.
“Soy una persona afortunada; porque soy hijo y soy padre; aunque
he de confesaros que cuando medito esta circunstancia, me invade el miedo si
pienso que mi hija cuando crezca no recordará a su abuelo; y sin duda estaré
equivocado; pues yo he sido testigo de su complicidad; y os aseguro que el Amor,
siempre queda”.
“Y por supuesto, yo la hablaré de él, le recordaré; y si yo
fallara y olvidara mis palabras, os ruego a vosotros, que no me lo permitáis”.
“Mi padre es una
persona valiente; para su familia y sus amigos, un tesoro. Para mí, un héroe”.
“He sido afortunado, pues he disfrutado el tiempo suficiente
para experimentar cómo un hijo quiere a un padre, y a querer a un padre como si
de un hijo se tratase; para mí no existe diferencia alguna”.
“Estoy convencido que la herencia de nuestros padres y las
buenas acciones de nuestros semejantes, ayudarán decisivamente a convertir en
buenas personas, a nuestros hijos y a los suyos propios”.
“Quiero creerlo así”. Pues, Todo, se transmite, forma parte de una ley universal y nada
cae en el olvido”.
“Ahora cuando mi Fe se tambalea, confío en vosotros, que me
repetís, que la vida no es un acontecimiento sin sentido y que por el contrario
tiene una continuidad”.
“Me reconforta pensar que mi padre ahora ha vuelto a casa, con
su familia y me sosiega la esperanza de que de la misma forma, mi padre vendrá
a buscarme cuando llegue mi hora”.
“Ruego porque sea así y rezo para que cuando partamos de esta
vida, todos seamos correspondidos con un nuevo amanecer en la otra. Hasta
entonces, con estas palabras os doy las gracias con la esperanza de que en
ellas y en nuestras oraciones, encontremos paz y consuelo”.
“Porque el amor es eterno, porque el
amor nos hace libres”.
“Te quiero Papá”
Para
acabar este relato solo quiero dejar testimonio de la inmensurable
labor de mi madre, como esposa y compañera de mi padre; y que hoy perdura con el
cuidado de su hija, de su hijo, de sus nietas y de sus demás seres queridos.
50
años de matrimonio y unas bodas de oro cumplidas son un regalo, pero nunca
serán tiempo suficiente cuando el amor y el cariño perduran para siempre.
Especial agradecimiento.
A todo el
Personal Sanitario y al resto de empleados que trataron con profesionalidad,
delicadeza y dulzura, a mi padre y familiares. A todos los que NO faltaron a la
verdad.
Hospital Clínico San Carlos (HCSC) de Madrid.
Dra. María
Mercedes García García. Medicina Interna.
Dra. Carmen
Cuervo Molinero. Medicina Interna.
Dra. Pino
Alcántara Carrió. Oncología Radioterápica.
Dr. Antonio
Corona Sánchez. Oncología Radioterápica.
Dra. María
Aránzazu González Corchón. Cirugía Maxilofacial.
Luz María
Ariza López. Directora y Pedagoga Terapeuta. Aula Hospitalaria. Pediatría.
Patricia
Martín Ramos. Pedagoga Terapeuta. Aula Hospitalaria. Pediatría.
Fidela
Fernández González. Coordinadora de equipo de voluntariado.
Hospital Central de la Defensa (HCD) Gómez Ulla de Madrid.
Dr. Carlos
Monfort Vinuesa. Medicina Interna.
Susana Pobre
Barrera. Enfermera. Medicina Interna.
Centro de Salud Mental (CSM) del distrito Centro de Madrid.
Dr. Marcos Astasio
Arbizia. Psiquiatra.
Fundación Desarrollo y Asistencia (DA) de Madrid.
Al resto de
mis antiguos compañeros de grupo, por recordarme ética e integridad como
valores a transmitir a mis semejantes.
A mis amigos, familia y
seres queridos que me bendijeron con sus oraciones.
“No abandonéis nunca vuestra Fe y Resiliencia, sea la que sea,
porque a pesar del dolor y el desafecto entre los seres humanos, nos rodeamos
con los ángeles, con la energía del amor y con lo que haga falta”
“Omnes plus sumus”